Articulo 1
Carolina Pontigo
Educación Diferencial 2010
CONTEXTO
SOCIOCULTURAL, ESCUELA Y APRENDIZAJE
La escuela tiene un
importante reconocimiento social por
la función que ejerce en la formación de los niños y de las niñas
de acuerdo a los ordenamientos institucionales a los que se halla sujeta,
entre los cuales se encuentran el currículo, los contenidos, las
prácticas pedagógicas y los aspectos organizativos propios, todos los
cuales ordenan y dan sentido al proceso de aprendizaje. Desde esta
perspectiva la escuela resulta ser un espacio en donde se realiza dentro
de un marco formal uno de los ámbitos del proceso de enculturación, que tiene
una importancia trascendente en los modos como los educandos y educandas
perciben y experiencian la realidad sociocultural, el cual, de una
manera u otra, inhibe o potencia en cada individuo su propia manera de
estar en el mundo obstruyendo o colaborando en su construcción,
organización y desarrollo.
La escuela cumple un rol
preponderante en los dinámicos procesos interactivos de conservación y cambio
los que suelen ser sustantivos, a su vez, en la gestación y configuración de los
cambios sociales y en la transformación sociocultural. Entre
los cambios sociales y la
transformación sociocultural ocurre una relación circular recíproca en donde
cada uno informa y potencia la modificación del otro. En esta relación la
institucionalidad educativa aporta una clara orientación que nunca es ajena a
su respectiva dinámica social. es necesario considerar que el conjunto de las experiencias
que se obtienen en la práctica social constituye una forma no sólo de mirar
sino de estar conscientemente en el mundo y estarlo es vivenciarlo en procesos
relaciónales profundos que deben ser fortalecidos por la escuela, potenciando
la dimensión sociocultural por medio de un nuevo y más fecundo estilo de aprendizaje
que establezca una vinculación real entre el contexto inmediato y la escuela,
ampliándose, posteriormente, a modo de círculos concéntricos hacia otras nuevas
realidades que deben ser integradas crítica y creativamente.
Suponer que los aprendizajes
significativos solamente son logrados en el proceso formal que se lleva a cabo
en la escuela, es excluir injustificadamente el enorme potencial que el medio proporciona
al respecto y cuyos contenidos y procesos, por lo general, la escuela no considera
con los graves efectos que ello acarrea, porque desarraiga social y
culturalmente a niñas y niños de sus propios contextos sin preocuparse por
interactuar con ellos.
Los niños y las niñas
también aprenden en el contexto fuera del aula en el cual experiencian
vividamente sus existencias en cuanto adquieren y asimilan contenidos,
participando activamente en procesos socioculturales relativos a los espacios
distintos al del aula, construyendo una imagen de mundo que modela y orienta
sus comportamientos de manera diferente a los contenidos, modelos y procesos
que impone el ordenamiento escolar y que, por lo mismo, tiene muchas veces un
mayor grado de significatividad que los obtenidos en el aula.
Cada sociedad responde a
las características distintivas y propias, específicas y sustantivas, relativas
a la construcción de la imagen de mundo que en conjunto han elaborado sus
integrantes a partir de su experiencia social. En este sentido podemos afirmar
que la cultura es la realidad que circunscribe y expresa la presencia humana.
Los contenidos del medio
extra-escolar, que es el medio real en donde niños y niñas desarrollan
efectivamente sus vidas, tienen en la mayoría de los casos un mayor sentido
para sus estructuras cognitivas y mundo afectivo por estar directa e
inmediatamente relacionados con sus experiencias e intereses y por eso,
precisamente, obtienen vivencias que conducen a aprendizajes que tienen
verdadero sentido. Este es un tema que viene siendo recurrente en
planteamientos pedagógicos y psicológicos desde los albores del siglo XX
(López; 1999:1 5). El contexto sociocultural por su propia configuración y
características provee importantes situaciones de aprendizaje que como tales
suelen pasar desapercibidas entre sus miembros, debido a la poderosa presencia
de la institucionalidad escolar y su influencia por la valoración que se le
asigna a ese tipo de aprendizaje especialmente referida a sus evaluaciones y,
con más precisión, a las calificaciones que otorga porque forman el entramado de
la promoción social.
Nuestro énfasis está
colocado en aquellas experiencias que acontecen fuera del espacio escolar y
que, en consecuencia, no están dirigidas a su logro desde la perspectiva
educativa formal, porque es un hecho que los niños y las niñas ingresan a los
establecimientos educacionales ya con aprendizajes vivenciales que los han
conducido a generar categorías conceptuales.
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