lunes, 10 de diciembre de 2012


Articulo 1
Carolina Pontigo 
Educación Diferencial 2010


CONTEXTO SOCIOCULTURAL, ESCUELA Y APRENDIZAJE

La escuela tiene un importante reconocimiento social por la función que ejerce en la formación de los niños y de las niñas de acuerdo a los ordenamientos institucionales a los que se halla sujeta, entre los cuales se encuentran el currículo, los contenidos, las prácticas pedagógicas y los aspectos organizativos propios, todos los cuales ordenan y dan sentido al proceso de aprendizaje. Desde esta perspectiva la escuela resulta ser un espacio en donde se realiza dentro de un marco formal uno de los ámbitos del proceso de enculturación, que tiene una importancia trascendente en los modos como los educandos y educandas perciben y experiencian la realidad sociocultural, el cual, de una manera u otra, inhibe o potencia en cada individuo su propia manera de estar en el mundo obstruyendo o colaborando en su construcción, organización y desarrollo.
La escuela cumple un rol preponderante en los dinámicos procesos interactivos de conservación y cambio los que suelen ser sustantivos, a su vez, en la gestación y configuración de los cambios sociales y en la transformación sociocultural. Entre
los cambios sociales y la transformación sociocultural ocurre una relación circular recíproca en donde cada uno informa y potencia la modificación del otro. En esta relación la institucionalidad educativa aporta una clara orientación que nunca es ajena a su respectiva dinámica social. es necesario considerar que el conjunto de las experiencias que se obtienen en la práctica social constituye una forma no sólo de mirar sino de estar conscientemente en el mundo y estarlo es vivenciarlo en procesos relaciónales profundos que deben ser fortalecidos por la escuela, potenciando la dimensión sociocultural por medio de un nuevo y más fecundo estilo de aprendizaje que establezca una vinculación real entre el contexto inmediato y la escuela, ampliándose, posteriormente, a modo de círculos concéntricos hacia otras nuevas realidades que deben ser integradas crítica y creativamente.
Suponer que los aprendizajes significativos solamente son logrados en el proceso formal que se lleva a cabo en la escuela, es excluir injustificadamente el enorme potencial que el medio proporciona al respecto y cuyos contenidos y procesos, por lo general, la escuela no considera con los graves efectos que ello acarrea, porque desarraiga social y culturalmente a niñas y niños de sus propios contextos sin preocuparse por interactuar con ellos.
Los niños y las niñas también aprenden en el contexto fuera del aula en el cual experiencian vividamente sus existencias en cuanto adquieren y asimilan contenidos, participando activamente en procesos socioculturales relativos a los espacios distintos al del aula, construyendo una imagen de mundo que modela y orienta sus comportamientos de manera diferente a los contenidos, modelos y procesos que impone el ordenamiento escolar y que, por lo mismo, tiene muchas veces un mayor grado de significatividad que los obtenidos en el aula.
Cada sociedad responde a las características distintivas y propias, específicas y sustantivas, relativas a la construcción de la imagen de mundo que en conjunto han elaborado sus integrantes a partir de su experiencia social. En este sentido podemos afirmar que la cultura es la realidad que circunscribe y expresa la presencia humana.
Los contenidos del medio extra-escolar, que es el medio real en donde niños y niñas desarrollan efectivamente sus vidas, tienen en la mayoría de los casos un mayor sentido para sus estructuras cognitivas y mundo afectivo por estar directa e inmediatamente relacionados con sus experiencias e intereses y por eso, precisamente, obtienen vivencias que conducen a aprendizajes que tienen verdadero sentido. Este es un tema que viene siendo recurrente en planteamientos pedagógicos y psicológicos desde los albores del siglo XX (López; 1999:1 5). El contexto sociocultural por su propia configuración y características provee importantes situaciones de aprendizaje que como tales suelen pasar desapercibidas entre sus miembros, debido a la poderosa presencia de la institucionalidad escolar y su influencia por la valoración que se le asigna a ese tipo de aprendizaje especialmente referida a sus evaluaciones y, con más precisión, a las calificaciones que otorga porque forman el entramado de la promoción social.
Nuestro énfasis está colocado en aquellas experiencias que acontecen fuera del espacio escolar y que, en consecuencia, no están dirigidas a su logro desde la perspectiva educativa formal, porque es un hecho que los niños y las niñas ingresan a los establecimientos educacionales ya con aprendizajes vivenciales que los han conducido a generar categorías conceptuales.

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