lunes, 10 de diciembre de 2012


Articulo 2
Yarella Olivares
Educación Diferencial 2010

La siguiente paradoja da inicio a la discusión y puesta en escena del tema a tratar:
Difícilmente los que nos dedicamos a la educación estamos dispuestos a aceptar que la educación es impotente frente a la pobreza; difícilmente accedemos a admitir que la actividad educativa carece de la capacidad de contribuir a la creación de una sociedad más justa, a la formación de individuos autónomos, creativos y participativos y al mejoramiento del nivel de vida de la colectividad social en la que se encuentran insertos los beneficiarios del hecho educativo”(Schmelkes, Silvia, 1995: p. 13).
La reflexión anterior define que, si bien no se puede demostrar que la educación “saca” a los pobres de la pobreza, tampoco demuestra que se pueda prescindir de la educación en el combate contra la pobreza.
A partir de la constatación de la existencia pobreza, el punto crítico se vuelve precisamente la “la pobreza”. Los ejercicios de identificación de las carencias educativas se asocian a quienes están por debajo de la línea de pobreza como una característica adicional de su pobreza. Por eso, aventurar que la carencia educativa es causa de la pobreza, entendida ésta como una ubicación respecto de la línea de la pobreza, requeriría un ejercicio complejo de demostración mediante el cual se proporcione evidencia acerca de cómo crece o no el ingreso de una persona según asista a la escuela o no.
La evidencia disponible muestra que en forma mayoritaria los pobres carecen de educación. Sabemos también que la educación deficiente se acentúa en las zonas pobres, aun cuando existan casos de educación excelente en dichas zonas.
Esto nos lleva a considerar la orientación de la política educativa, principalmente gubernamental. Es necesario analizar las medidas político-prácticas puestas en juego por el Estado, responsable de la educación nacional, para atenuar las deficiencias educativas, independientemente de su efecto demostrable en la disminución de la pobreza. Se puede al menos establecer que el gobierno ha realizado un esfuerzo sistemático por enfrentar el problema de la deficiente educación, no siempre con éxito, pero que se avanza para que en cada lugar donde las posibilidades de educabilidad no puedan ser cubiertas, el gobierno brinde toda las posibilidades para que esta pobreza sea un obstáculo en la contingencia que los niños tengan para poder estudiar y que este servicio sea de calidad y tratando de dejar de lado toda aquella adversidad que su ambiente le esté proporcionando. En los tiempos actuales esto se está llevando a cabo a través de muchos proyectos gubernamentales para poder aumentar la calidad de vida y posibilidades, ayudando tanto en lo económico, útiles escolares, alimentación, etc. Para que así se logren los fines del curriculum en niños envueltos en ambientes de pobreza. Lo que este artículo menciona se relaciona directamente con nuestra sociedad, ya que cada educador debe estar inmerso y empapado de toda aquella información que el niño trae, no solo enseñarle sino ver su ambiente y experiencias para poder relacionar todo ello con un aprendizaje significativo.

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